Ozono, el desinfectante invisible

La crisis sanitaria originada por el coronavirus (COVID 19) ha puesto de manifiesto la importancia de mantener la limpieza y la higiene en cualquier superficie o lugar, más aún en espacios sanitarios. En la situación actual el ozono se ha erigido en un destacado aliado para desinfectar objetos y lugares.
Una de las cualidades del ozono es su capacidad para lograr una total higiene, lo que le convierte en el desinfectante natural más potente de los existentes. Su capacidad higienizadora es miles de veces superior a los resultados obtenidos con la lejía u otros productos usados tradicionalmente para desinfectar.
Un gran aliado para la higiene
Aunque este poder desinfectante es conocido desde hace casi dos siglos, no ha sido hasta hace pocos años cuando el ozono ha empezado a ser utilizado a nivel industrial y, más recientemente, en el ámbito particular. Como el ozono no se puede se envasar debe producirse en el lugar y el momento en el que se necesite. Para ello se han creado unos aparatos, denominados ozonizadores. El ozono obtenido limpia y desinfecta objetos y superficies, elimina malos olores y purifica el aire. También se utiliza para depurar el agua y es muy útil en diversos tratamientos médicos.
¿Cómo funciona un ozonizador?
Los ozonizadores, que se conectan a la red eléctrica, captan oxígeno del aire y lo transforma en ozono, que elimina los microorganismos, incluyendo bacterias y virus, así como los malos olores. Se trata de un proceso seguro, efectivo, rápido y económico que, además, no deja ningún residuo en el ambiente. En la actualidad su utilización es habitual en la industria alimentaria, en el tratamiento de aguas, en hostelería y, también, en el ámbito de la salud.
En el terreno terapéutico el ozono es muy eficaz para tratar determinadas patologías, como la dermatitis, el acné, los eccemas, los dolores musculares, los hongos, contusiones y traumatismos… entre otras muchas utilidades. El ozono también limpia el agua, independientemente del uso que hagamos de ella: lavarnos la cara, enjuagarnos la boca, beber, regar las plantas y así lograr que su crecimiento se más vigoroso, para limpiar cualquier objeto… La lista de aplicaciones del ozono es casi infinita.
Ozonificar el ambiente en entornos sanitarios
La desinfección de espacios interiores es fundamental en centros hospitalarios, ambulatorios o clínicas médicas, instalaciones en las que la limpieza debe ser máxima para evitar contagios. Ese objetivo ineludible se logra con generadores de ozono de uso profesional, que impiden la multiplicación de microorganismos al eliminarlos de un modo inocuo, sin generar ninguna sustancia nociva.
Los efectos germicidas del ozono destruyen bacterias, virus, hongos y compuestos orgánicos volátiles en el aire y en todo tipo de superficies. En ambientes médicos se pueden usar diferentes ozonizadores según las necesidades específicas de cada centro y estancia (salas de espera, quirófanos, salas de consultas, habitaciones, etcétera). Las características del ozono lo convierten en una solución idónea para disponer de espacios clínicos seguros. A sus indiscutibles características desinfectantes, el ozono suma su inocuidad, requisitos fundamentales en entornos clínicos.
En Alluring Clinic nos estamos preparando para volver con nuestros pacientes y, como siempre, somos conscientes de que su salud es lo más importante. Siguiendo esta premisa, hemos adquirido ozonificadores de ambiente para que nuestro centro esté en perfectas condiciones higiénicas frente a microorganismos, incluido COVID 19, una vez que abramos de nuevo nuestras puertas. Cuando nuestros clientes visiten Alluring Clinic, podrán sentirse tan seguros como siempre.